top of page
Elena García, Raquel Salvatore, Daniela Lasalandra

Danza afrobrasilera: dispositivo de resiliencia y creación colectiva

“Deberíamos considerar perdidos los días en que no hemos bailado al menos una vez”

Friedrich Nietzsche

Recuperar la mirada socializadora del arte y su potencial como agente de salud, supone una perspectiva teórico conceptual según la cual a través de las diferentes modalidades artísticas orientadas, no al conocimiento de las mismas y sus técnicas, sino al potencial humano que se sustenta en la creatividad, es posible desplegar un proceso integrado que promueva la salud, la comunicación y la expresión de sentimientos. El lenguaje específico de la danza de origen afrobrasilero, recrea aspectos de la vida social y cultural que nos permiten ser parte de un proceso colectivo y reconocernos en él en tanto sujetos activos y creativos.

La danza afrobrasilera tiene una doble dimensión integradora. Toda forma de expresión artística propicia la integración del sujeto al unir en la acción habilidad motriz (técnicas inherentes al lenguaje específico), mundo emocional y desarrollo intelectual (capacidad de simbolización y metáfora). En el caso de las danzas afroamericanas que surgen de la situación original de ronda hay una vivencia de pertenencia al grupo que potencia dicha integración. La ronda como dispositivo colectivo refuerza la identidad grupal e individual al poner de manifiesto las diferencias y similitudes en un mismo espacio. Como forma de organización en el espacio plantea directamente el reconocimiento de la alteridad y como consecuencia de la individualidad. Es la situación de encuentro social por excelencia. Un gran número de danzas afroamericanas se manifiestan en ronda, expresando su herencia africana y la necesidad de reforzar los lazos sociales desgarrados por la migración forzada y la esclavitud

Congoleses esclavizados

Teniendo en cuenta que para la población africana la danza es una práctica cultural y social muy valorizada y presente en la vida cotidiana de la comunidad, podemos observar cómo los afrodescendientes en América apelaron a esas tradiciones para reencontrar su identidad y preservar sus tradiciones. Los esclavos cuando eran subidos a los navíos negreros eran obligados a dejar todo. De modo que sus cuerpos era lo único que ellos traían consigo. En África la transmisión oral tiene mucha importancia, no se trata sólo del conocimiento sino de un intercambio vincular en la transmisión de la memoria colectiva. Podemos comprender entonces la fuerza que tuvo la transmisión de persona a persona entre los afrodescendientes y el papel destacado que tuvo y tiene la comunicación a través de la música y la danza en las culturas populares afroamericanas. El ritmo, el canto y la danza han sido reservorio de la memoria cultural africana. Y a su vez expresaron desde su nacimiento las nuevas creencias y cosmovisiones que surgieron como fruto del mestizaje.

El canto, el ritmo y la danza, manifestaciones todas corporales y que los africanos practican como una unidad, formaron parte no sólo del resguardo de la identidad perdida sino de la lucha cotidiana por la supervivencia en un medio extremadamente hostil y cruel (esclavitud y negación de todos sus derechos). Por haber sido parte de las estrategias de supervivencia contienen elementos de resiliencia que se manifiestan en las prácticas corporales comunitarias.

La danza de matriz africana provee significados a la acción corporal que remiten a la cotidianeidad social pero que recreados en un espacio de confianza y contención potencian el trabajo individual y colectivo. De este modo, posibilita al sujeto la creación de recursos propios, la conexión con el propio cuerpo y con su entorno.

La danza hace posible la integración, y la integración aporta la construcción de valores sociales en la acción por sí misma. Al conformarse, en la danza, grupos con edades diversas y cuerpos distintos, se genera una estrategia inclusiva de aceptación y respeto por la diferencia del otro, comenzando por el propio cuerpo y la imagen del cuerpo del otro. La propia aceptación y la aceptación del otro fortalecen la autoestima en un proceso conjunto de valoración de la integración a partir de las diferencias. Así, al compartir experiencias de danza grupales se trabaja en una doble dimensión que involucra al sujeto y al grupo, se promueven situaciones de comunicación y fuerte creación colectiva que posibilitan sentir la inclusión a través de la pertenencia.

El cuerpo en tanto campo social cargado de significaciones construye una realidad en la interacción con otros, habilita un espacio temporal y espacial desde un lugar particular de su propia historia. De esta forma, accedemos al movimiento a través del cuerpo generando acciones productoras de sentido, de intención de lo corporal, acciones que permiten al sujeto el acceso al mundo de una determinada manera. Así, la experiencia vivida construye nuevas formas de conocimiento y acción sustentadas en lo propio y lo comunitario simultáneamente.

En este sentido, la construcción de nuevos marcos sociales propiciados por la situación colectiva posibilita vivencias alternativas que contribuyen al desarrollo y fortalecimiento individual y grupal, así como promueve el empoderamiento y la resiliencia. La resiliencia alude a la capacidad de un sujeto, un grupo o comunidad de soportar adversidades y recuperarse, y entendemos que la promoción de prácticas creativas aumenta la capacidad de resiliencia.

El proceso de socialización da lugar a una flexibilidad creativa inherente al cuerpo propio que se articula con las conductas sociales inculcadas, pero estas, lejos de realizarse de un modo represivo y mecánico, son apropiadas por el individuo de forma activa. De esta manera, se abre un espacio de actualizaciones de sentido susceptible de ser enriquecido a través de la danza de matriz africana.


Un aspecto importante es el relacionado con la socialización de sujetos en situaciones de aislamiento donde la danza puede jugar un rol fundamental, permitiendo encontrar un canal de comunicación a través del cuerpo, como un lazo en el aquí y ahora del sujeto que protagoniza el encuentro, primero con su propia estructura psíquica que a su vez debe hacer un trabajo de reconexión y reencuentro con su cuerpo y luego con su entorno.

Desde la antigüedad, la danza fue utilizada con diferentes finalidades, desde rituales que liberaban el cuerpo y el espíritu de maleficios hasta la cura de enfermedades físicas visibles como la ceguera o la parálisis entre otras. Los cazadores bailaban y se movían de un lado a otro para atrapar a su presa, los chamanes bailaban haciendo rituales a los Dioses o simplemente existía el movimiento por puro placer. Pero sea cual sea la finalidad con que se tome a la danza se puede pensar en razones básicas como la diversión, la expresión de emociones y el encuentro con el otro.

Muchas son las creencias de que la danza va unida a cierta informalidad, a un “no orden” dejando al cuerpo a su “libre albedrio” sin tener conexión cuerpo, alma y mente, pero el cuerpo puede realizar acciones como rotar, doblarse, estirarse, saltar y girar. Variando estas acciones físicas y utilizando una dinámica distinta, los seres humanos pueden crear un número ilimitado de movimientos corporales que pueden ser aumentados con entrenamiento. Pero además de proporcionar placer, la danza puede tener efectos psicológicos, ya que a través de ella, las personas pueden comunicarse, expresar sentimientos e ideas. Esta manera de compartir ritmos puede hacer que un grupo se sienta unido y se forme un vínculo de pertenencia. Pero como sabemos, la vida misma es movimiento.

La danza es una de las expresiones artísticas más antiguas. A partir del lenguaje particular que ofrece la danza afrobrasilera es posible vivenciar valores tales como la igualdad, la cooperación y el respeto por el otro, lo cual aporta herramientas para enfrentar situaciones de adversidad.


Elena Garcia

Bailarina, Profesora de danza y música afroamericana.

Raquel Salvatore

Licenciada en psicología (UBA), Escritora.

Daniela Lasalandra

Licenciada en sociología (UBA) Maestranda en Diversidad Cultural - Especialización en Estudios Afroamericanos (UNTREF) Docente



Acerca de 
Entradas recientes
Archivo
Buscar por Tag
Seguinos
  • Instagram Social Icon
  • Facebook Basic Square
bottom of page